Durmiendo con el enemigo

Jueves a la noche, Facu y yo miramos algo de TV en el sillón y al cabo de un rato nos vamos a la cama. Prendo la TV, la pongo mute y pongo el sleep, esa costumbre que tengo para dormirme cada día. Facu se duerme enseguida y yo tardo un rato más pero finalmente el sueño llega y duermo profundamente.
3.00 am - El vecino de arriba llega a su casa y prende la radio como si fuesen las 3.00 pm. Ahí nomás recuerdo que es San Patricio y pronostico una muy mala noche para mí. Facu duerme y procuro no despertarlo. Prendo la TV en mute y trato de distraerme esperando que pronto baje el volumen.
3.15 am - El volumen de la radio va aumentando y Facu se despierta. Me pregunta hace cuanto que estoy despierta, le contesto que solo 15 minutos. Se levanta y se pone el jean. Solo atino a  decirle -tranquilo cuquito ehh...- Y él me contesta que no me haga problema. 
Escucho que toca el timbre, pero la música sigue y el vecino no sale. Escucho que Facu toca la puerta, pero la música no baja. Escucho que Facu se impacienta y empieza a golpear con el puño la puerta y a decir -Flaco, te estoy tocando la puerta, baja la música.- -Flaco, ¿no me escuchas?, salí!- Y "el flaco" sale de su cueva donde se esconde como los cobardes y en ese mismo momento salgo de mi departamento para pedirle a mí marido que deje las cosas así y que vuelva a la cama. Estoy en camisón, agotada y muy angustiada porque tengo miedo que Facu llegue muy lejos a pesar de que nunca se pega con nadie y que es una persona de palabras que odia la violencia. Él tipo está sacado, le empieza a gritar que esto va a terminar mal y escucho que le dice -Va a terminar con vos en un cajón de madera.- Se me hace un nudo en el estomago quiero que esto se termine, quiero que Facu vuelva a la cama... pero ya es tarde. Sale el papá del tipo que vive al lado y por suerte trata de calmar a su hijo que cada vez está más iracundo. Sale su hermana que vive en un tercer departamento (sí, tienen copado el edificio) vociferando -Cada uno se divierte como quiere-, mientras el tipo sigue haciendo el cocorito y mi marido lo mira con cara de "ojo, que no te conviene" y la escena es como poco dantesca: vecino de metro cincuenta haciéndose el gallito a marido de metro 95 que no le piensa pegar. Finalmente el papá logra que mi marido baje y entremos a nuestro departamento. El hijo se mete en su departamento que está justo arriba del mío y empieza a saltar y a insultar de todas formas a Facu. Está con un ataque de ira totalmente borracho y grita que hizo lo que quiso hasta que nosotros llegamos al edificio y que él vive acá hace 10 años, que si no nos gusta que nos mudemos. No puedo respirar del miedo y la angustia y mi casa se sacude como en un terremoto producto de sus saltos. Tengo ganas de pegarle, de que pare, de volver el tiempo atrás y no dejar salir a Facu del departamento. No para, cada vez está más violento y tengo miedo que baje a golpear mi puerta. Facu me abraza, trata de contenerme pero yo estoy aterrorizada.
Cuando para son las 4.00 am pero yo no puedo dormir, estoy muy alterada y me duele la boca del estomago. Facu se queda despierto esperando que yo me duerma pero cada pasito que escucho arriba me sobresalto. Siento que el vecino es un monstruo, y que yo soy la víctima de una película de terror.
Estamos esperando que las aguas se aquieten para hablar con el papá del vecino, quedó claro que a pesar de sus treinta y pico con él no se puede hablar. Todavía me dura el miedo a cruzármelo, y odio esta sensación cuando sé muy bien que es él quien está en falta con nosotros, quien nos debe una disculpa que sé, nunca va a llegar.