Un paquete paseandero

Se hizo esperar, volvió a su destino, no quería llegar. Tomó envión, lo empujaron un poquito y volvió a salir, despacito, sin prisa, pero decidido, convencido.

El jueves a la tarde me llegó el aviso de que el paquete de Mari de Monono estaba esperando por mí en el correo. PASAR A BUSCAR DE 11.00 A 15.00 HS. A las 11 y un minuto estaba con el papelito y mi DNI en el correo. Saco numerito para que me atiendan: 89. Me siento a esperar, hasta que el empleado grita: 89! pero alguien más se para para responder el turno. Una señora de unos 60 años con mil y un sobres en la mano. Me acerco y le muestro que yo tengo ese número. "Imposible querida! yo tengo el 89!" Saca su número y se lee 86 "ahhhh lo leí al revés!, perdoname!" No es nada señora, le puede pasar a cualquiera. "Ahora te llamo" me dice el empleado. El paquete se sigue haciendo esperar... 

89! Ahora sí, me pide el DNI, el papelito y se va a buscar el paquete. Tarda más de lo normal y ya espero lo peor. Pero no, vuelve con el paquete en mano (a no ser mal pensadas, eh!) y me pongo contenta como una nena la mañana de reyes.   

Lo fui abriendo por el camino, no me dí cuenta de esperar para sacar fotos a la presentación de cada cosa que eran hermosas. El cuaderno (me encantó!) venía con ciento de retazos de tela cortados en triangulitos, adentro de una bolsita transparente y cerrado con las cintas de colores que se ven en la foto. 

Los brownies del Malvón una delicia! se comieron esa misma tarde con unos mates, que para completar lo bien que venían llovía a cantaros. Las grullas de origami del tamaño ideal para mi rincón de trabajo!

Gracias Mari! fue un gusto compartir el swap!